Si vives con dolor al subir escaleras, rigidez al despertar o chasquidos al mover la rodilla, podrías estar enfrentando artrosis de rodilla. Esta condición es muy frecuente en México y puede limitar la vida diaria, pero existen estrategias eficaces para controlar el dolor, mejorar la función y retrasar la progresión.
Caracterización y manejo de la artrosis de rodilla
Síntomas y diagnóstico
El dolor mecánico que empeora con la actividad y mejora con el reposo es lo más típico. También puede haber rigidez matutina menor de 30 minutos, crepitación (sensación de roce), pérdida de movilidad e inflamación leve. El diagnóstico se basa en la historia clínica y la exploración física, y se confirma con radiografías simples que muestran estrechamiento del espacio articular y osteofitos.
La resonancia se reserva para casos atípicos o dudas; los estudios de laboratorio se usan para descartar artritis inflamatoria.
Causas y factores de riesgo
La edad mayor de 50 años, el sobrepeso u obesidad, lesiones previas (meniscos, ligamentos), trabajos con carga repetitiva, alineación en varo o valgo y antecedentes familiares aumentan el riesgo.
Controlar el peso y dosificar las cargas articulares reduce significativamente la sobrecarga del cartílago.
Opciones de tratamiento
Las guías internacionales priorizan educación, ejercicio y control de peso. El ejercicio de bajo impacto como caminar, bici fija y natación, junto con el fortalecimiento de cuádriceps y glúteos, disminuyen el dolor y mejoran la estabilidad.
Una pérdida del 5–10% de peso corporal puede marcar la diferencia. La fisioterapia y, en casos seleccionados, el uso de rodilleras o plantillas resultan útiles.
En cuanto a fármacos, el paracetamol y los AINEs tópicos suelen ser primera opción. Los AINEs orales pueden emplearse por periodos cortos con vigilancia gástrica y renal.
Los SYSADOA (glucosamina/condroitín) tienen beneficio limitado y su uso no es universal. Las infiltraciones de corticosteroide ofrecen alivio temporal en brotes dolorosos.
El ácido hialurónico y el PRP muestran resultados variables y no se recomiendan de rutina. La artroscopia rara vez está indicada en artrosis y se reserva para casos muy específicos.
Cirugía: cuándo y qué esperar
Si tras 3 a 6 meses de manejo conservador persisten dolor intenso, limitación funcional severa o deformidad progresiva, puede valorarse una artroplastia (prótesis) total o parcial.
En pacientes adecuados, más del 85% reporta mejoría significativa del dolor y la función. La rehabilitación suele iniciar a las 24–48 horas con apoyo asistido.
La recuperación funcional importante toma de 3 a 6 meses. Las actividades de bajo impacto pueden retomarse en 6 a 12 semanas, según la evolución.
Prevención y autocuidado en México
- Mantén un peso saludable y actividad regular de bajo impacto.
- Fortalece piernas y glúteos 2–3 veces por semana.
- Usa calzado estable y evita superficies irregulares si hay inestabilidad.
- Ajusta cargas laborales y deportivas; escucha a tus rodillas.
En Monterrey y otras ciudades, la atención por ortopedista certificado y la fisioterapia son accesibles en sistemas público y privado.
Preguntas frecuentes
¿La artrosis de rodilla tiene cura?
No existe cura definitiva, pero con ejercicio, control de peso, analgésicos adecuados y, si es necesario, cirugía, es posible controlar síntomas y mantener una vida activa.
¿Qué ejercicios evitar?
Impacto alto, saltos, correr en bajada y sentadillas profundas con peso. Prefiere bici fija, natación, elíptica y fuerza controlada.
¿Cuándo debo consultar a un especialista?
Si el dolor limita tus actividades, hay inflamación persistente, inestabilidad o deformidad progresiva. La valoración por ortopedista certificado, como el Dr. Carlos Garza, ayuda a definir el plan ideal para tu caso.